Física

Erosión Fluvial

Publicado por Monica González

Los eventos erosivos significativos en sistemas fluviales están asociados a la dinámica de los canales fluviales pudiendo ser atribuidos a dos procesos principales: incisión y migración lateral.

Por incisión se entiende la erosión vertical del sustrato generando una profundización del canal. Las incisiones pueden estar asociadas tanto a fenómenos autocíclicos, cuanto alocíclicos, vinculados a un amplio espectro de escalas temporales.

Las incisiones vinculadas a fenómenos alocíclicos involucran un período mayor de tiempo y pueden estar asociadas a un progresivo aumento de la descarga debido a cambios climáticos o a una disminución del perfil de equilibrio.

Las incisiones de naturaleza autocíclica están por su parte asociadas a la avulsión de canales fluviales ocurrentes por procesos hidrodinámicos y geomorfológicos internos de la planicie aluvial.

En canales con alta sinuosidad existe una erosión continua del banco externo del meandro ocurriendo una progresiva migración lateral del canal. La tasa de erosión debido a la migración lateral está directamente vinculada a la cohesión de los bancos.

Ríos rodeados por sedimentos finos con abundante vegetación tienden a poseer una mayor cohesión de los bancos dificultando la erosión y migración lateral del canal.

La erosión fluvial comprende tres fases: el desgaste, el transporte y la acumulación. Estas tres fases se manifiestan a lo largo de todo el recorrido del río, más allá que cada una de ellas sea predominante en las varias secciones.

En el curso superior domina la acción de desgaste del fondo del lecho. Como el río atraviesa regiones montañosas y por eso corre en un lecho de gran declive, trasladándose el agua a gran velocidad.

Los materiales retirados del lecho o provistos por las vertientes, al ser arrastrados por la fuerza de las aguas ejercen un intenso trabajo de desgaste que se acentúa en las áreas en que el agua entra en remolinos. Estos movimientos se llaman como movimientos de turbulencia.

Debido al intenso trabajo de desgaste el valle fluvial en la sección superior se presenta estrecho y de vertientes abruptas y elevadas.

En el curso medio, domina la acción del transporte, debido al menor declive del lecho y por tanto la menor velocidad de las aguas.

Sin embargo, el desgaste es importante en las vertientes (erosión lateral) debido a la acción de las aguas que escurren y convergen al río. Como resultado de ese desgaste, las vertientes van retrocediendo y el valle se va formando cada vez más amplio. El perfil transversal en esta área toma la forma de una V abierta o normal.

En el curso inferior, domina la acción de la acumulación debido al pequeño declive que lleva a que las aguas del río avancen sobre sus propios sedimentos.

A veces la acumulación de sedimentos en la sección inferior del río es tanta que da origen a la formación de planicies aluviales (planicies sedimentarias) más o menos extensas y en las cuales, frecuentemente los ríos serpentean dando lugar a la formación de meandros.

Procesos Fluviales

La morfología aluvial es el resultado de una compleja interacción entre los procesos erosivos y de depósito. Las relaciones entre estos diferentes procesos configuran las características generales del sistema fluvial.

Transporte y dirección fluvial

Los sedimentos son transportados y depositados en sistemas fluviales por tres principales mecanismos, flujo de detritos, carga de fondo y carga en suspensión.

Flujo de Detritos

Los flujos de detritos son flujos plásticos, laminares, ricos en sedimentos donde la cantidad de agua existente en los poros es baja. El flujo ocurre cuando una gran cantidad de sedimentos es movilizada por licuefacción e una superficie inclinada.

El movimiento termina cuando el flujo pierde momentum o cuando el agua existente en los poros escapa del sedimento cesando la lubricación de los granos. En algunos casos, como causa de la disminución de la viscosidad a través de la dilución, los flujos de detritos pueden volverse turbulentos, formando flujos hiper concentrados. Los depósitos generados son pobremente seleccionados, compuestos por clastos que pueden variar de tamaño de gránulos hasta bloques, separados por una matriz areno-silítica-arcillosa. A veces se puede observar una orientación incipiente de los clastos.